Hoy en clase hablamos un poco de las pinturas de Velázquez, quien es considerado como uno de los grandes pintores del barroco español. Diego Rodríguez de Silva y Velázquez nació en Sevilla el 6 de junio de 1599, inicialmente fue alumno de Francisco de Herrera, y después tuvo como maestro a Francisco de Pacheco (el que pintó los retratos de San Juan, Cetina y Herrera). En 1617 presenta el examen ante el gremio de pintores (recuérdese que el artista era todavía un artesano, formaba parte de un gremio, y tenía un taller) y se le permitió ejercer como maestro de imaginería y óleo, es decir ya no tenía que depender de otro pintor para hacer pintura. Se casó poco después con la hija de su maestra y, como es natural, empezaron a procrear ciudadanos para el Imperio español. Poco después, los amiguitos de Velázquez consiguieron que fuese llamado para retratar al rey, y así pasó de ser un humilde pintor sevillano a convertirse en el pintor de la Corte. Hizo varios viajes a Italia con el fin de conseguir adornos para el rey, es decir obras de arte, y ahí pudo aprender mucho observando a los mejores artistas de su época: los italianos. Murió en Madrid el 6 de agosto de 1660.
Venus ante el espejo
Cristo crucificado
Luis de Góngora
La fragua de Vulcano
La rendición de Breda
Las meninas
Como pueden observar, en algunos casos como en Las meninas hay que descifrar, hay que usar el ingenio para entender la pintura, en otros casos simplemente nos muestra un momento, como en el Cristo o el retrato de Góngora en que capta un pensamiento, un sentimiento, y en otros, como en la Venus, se puede observar muy claro un sensualismo que excede todo límite: todo esto es barroco.
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