España no da a su gran florecimiento literario el nombre de "clasicismo", ni lo asocia con el nombre de un monarca, sino que lo llama "Siglo de Oro". En su comienzo está Garcilaso (+1536), y en su término [sor Juana (+1695)]. En el Siglo de Oro caben todos los contrastes: tono popular del Romancero y hermetismo de Góngora; realismo caústico de las novelas picarescas y alturas de la mística especulativa; equilibrio clásico de un fray Luis de León y extravagancias del conceptismo; la novela más grande, más sabia, más alegre de la literatura universal moderna y un teatro con miles de comedias. La lírica del Siglo de Oro es, para hablar con Valery Larbaud, "la única, de toda la Romania, que nos acerca un poco al paraíso perdido de la lírica latina"; sólo la lírica inglesa de 1590 a 1650 puede parangonarse con ella. La riqueza y originalidad del Siglo de Oro es históricamente incomprensible si no se tiene en cuenta que la fuerza y la savia de toda la Edad Media, incluyendo a la Edad Media latina y a la islámica, vienen a confluir con el vigor de la era de los conquistadores y del imperio ultramarino. Los contrastes que se manifiestan dentro de la literatura "áurea" suelen interpretarse como contrastes del carácter español; pero esta explicación psicológica no es suficiente; el sistema literario español conserva el cruce de estilos, de géneros, de tradiciones, que consideramos característico de la Edad Media latina.Literatura europea y Edad Media latina, pp. 377-378.
Mientras por competir con tu cabello,
oro bruñido al sol relumbra en vano;
mientras con menosprecio, en medio el llano,
mira tu blanca frente el lilio bello;
mientras a cada labio por cogello,
siguen más ojos que al clavel temprano;
y mientras triunfa, con desdén lozano,
del luciente cristal tu gentil cuello;
goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente,
no sólo en plata o vïola troncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.
viernes, 6 de agosto de 2010
Unas últimas palabras
Espero que les haya gustado el curso, pese a nuestra pesada manera de explicar las cosas. También espero que se les haya quedado algo de gusto por la poesía de los Siglos de Oro, y que vuelvan a ella, ya sea por el mero gusto, ya porque decidan dedicarse a ella (por cierto, falta mucho por hacer y la rebanada del pastel de Siglos de Oro es grande, a diferencia de la rebanada de pastel de Iberoamericana del siglo XX). En fin, los dejo con, quizás, el más grandioso soneto de Góngora, y la opinión del gran filólogo Ernst Robert Curtius, que ojalá compartan.
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